No lea esto.

A ver, ¿no leyó el título? ¿no sale ahí que no debe leer esto? ¿Por qué ha empezado a leerlo?
Le aseguro que no sacará nada. Así de claro, mejor pase al siguiente artículo.
Si no se ha detenido aún, esta perdiendo su tiempo lamentablemente.
Este es el momento para demostrar que tiene el carácter suficiente como para suspender la lectura.
¿Todavía no entiende? ¡No siga leyendo!
Estamos ya en la mitad y sigue usted avanzando. No podrá evitar leerse la próxima línea.
¿O si podrá?
No, no pudo. Yo tenía razón. ¿Que saca usted de todo esto?
¡Nada! Pero sigue como si estuviera hechizado.
Sólo faltan unas pocas líneas para que usted demuestre cuánta fuerza de voluntad tiene y se detenga.
Pero probablemente la curiosidad seguirá instigándolo a perder su tiempo en leer hasta estas últimas palabras. ¿No se lo dije?